07/01/2025
La imagen que a menudo tenemos de los romanos en sus famosos banquetes es la de personas reclinadas en cómodos divanes, comiendo y socializando. Estos muebles, fundamentales en la vida social y doméstica romana, no eran simplemente lugares para sentarse, sino espacios diseñados para una forma de vida particular. Y al igual que hoy tenemos diferentes tipos de sofás, los romanos también tenían distintas denominaciones para sus lechos o divanes, dependiendo de su función y ubicación.

Lejos de la silla o el sofá moderno, el mueble romano destinado a la reclinación era una pieza central en el hogar, especialmente para las clases acomodadas. Era el lugar donde se comía, se charlaba, se leía e incluso se recibía a los invitados. Comprender los nombres de estos muebles nos abre una ventana a los hábitos y costumbres de una civilización que valoraba tanto el ocio como el estatus social.
El Lectus: Un Término Versátil
El término más general para referirse a un lecho o diván en latín era Lectus. Sin embargo, esta palabra era bastante amplia y podía aplicarse tanto a una cama para dormir como a un sofá para reclinarse durante el día o para comer. La distinción a menudo dependía del contexto en el que se utilizaba el mueble.
Un Lectus podía encontrarse en diferentes habitaciones de la casa romana (la domus). En el dormitorio (cubiculum), sería claramente una cama para dormir. Pero en otras áreas, como el triclinium o incluso salas de estar, el Lectus se transformaba en un sofá para reclinarse.
Estos lecti no eran simples estructuras de madera. A menudo estaban elaboradamente decorados con incrustaciones de bronce, marfil o metales preciosos. Tenían patas torneadas o esculpidas y se cubrían con colchones (culcitae) y cojines rellenos de lana, plumas o paja, y revestidos con telas ricas y coloridas. La calidad y la ornamentación de un Lectus eran un claro indicador del estatus y la riqueza de su propietario.
El Lectus Triclinaris: El Sofá del Banquete
Uno de los usos más icónicos del sofá romano era en el comedor, conocido como Triclinium. De hecho, el nombre de la habitación deriva directamente del mueble: tri (tres) y klinē (un término griego para lecho o diván, que los romanos adaptaron). En un Triclinium típico, se colocaban tres Lectus triclinaris alrededor de una mesa baja y central (mensa).
Cada Lectus triclinaris estaba diseñado para albergar a tres personas reclinadas sobre su codo izquierdo, dejando la mano derecha libre para tomar la comida de la mesa. La disposición de los tres sofás formaba una U o una herradura abierta por un lado para permitir el acceso de los sirvientes a la mesa.
La posición en el Lectus triclinaris dentro del Triclinium era jerárquica. Había posiciones de honor y posiciones menos importantes, lo que reflejaba el estatus de los invitados en el banquete (convivium). El sofá más importante era el lectus medius (sofá central), seguido por el lectus summus (sofá superior) y el lectus imus (sofá inferior). Dentro de cada sofá, también había un orden de precedencia.
El Lectus triclinaris era, por tanto, un mueble muy específico, diseñado ergonómicamente para la reclinación durante la comida. Aunque compartía la estructura básica de un Lectus general, su uso y su lugar en el ritual del banquete le daban una identidad propia y una importancia cultural inmensa. Era el centro de la vida social y de entretenimiento para la élite romana.
El Stibadium y el Sigma: La Evolución Curva
Con el tiempo, las costumbres y el diseño del mobiliario evolucionaron. En periodos posteriores del Imperio Romano, especialmente a partir del siglo I d.C., comenzó a ganar popularidad un nuevo tipo de diván curvo conocido como Stibadium o Sigma (este último por su forma de media luna, similar a la letra griega 'sigma').
A diferencia de los tres Lectus triclinaris rectos colocados en una U, el Stibadium era un único sofá grande y curvo que podía acomodar a varias personas (a menudo hasta 7 u 8) reclinadas a lo largo de su extensión. Este diseño curvo permitía que todos los comensales tuvieran una mejor vista y pudieran interactuar más fácilmente entre sí, fomentando una atmósfera más íntima y conversacional durante el banquete.
El Stibadium se utilizaba a menudo con una mesa semicircular que encajaba en su curva interior. Este mueble se hizo popular tanto en interiores como en comedores al aire libre (triclinia aestiva) en jardines y peristilos, donde su forma se adaptaba bien a los espacios circulares o absidales.
Así, el Stibadium representó un cambio en la disposición y la experiencia del banquete romano, pasando de una configuración de tres sofás separados a un único mueble más integrado y social.
Materiales y Confección
Independientemente de si era un Lectus general, un Lectus triclinaris o un Stibadium, la construcción básica era similar. La estructura principal se hacía típicamente de madera, que podía ser de diversos tipos, desde maderas comunes hasta maderas exóticas para los muebles de lujo. Las patas y los extremos del diván a menudo estaban reforzados y decorados con elementos metálicos, especialmente bronce, que se trabajaba con gran detalle, incluyendo cabezas de animales, figuras mitológicas o motivos geométricos.
Sobre la estructura de madera se colocaban los colchones y cojines. Estos no eran tan mullidos como los de los sofás modernos. Se rellenaban con materiales como paja, heno, lana o, para los más ricos, plumas. Los revestimientos eran de telas variadas, desde lino y lana hasta sedas y brocados importados, a menudo teñidas con colores vibrantes como el púrpura, el rojo o el azul. Estos textiles eran a menudo la parte más cara y lujosa del mueble.
La cabecera (fulcrum) del Lectus triclinaris era una parte importante y a menudo muy decorada, especialmente en el lado izquierdo donde el comensal apoyaba el codo. Podía tener reposabrazos curvos y estaba ricamente ornamentada con placas de bronce, plata o incluso oro, a veces con relieves o esculturas pequeñas.
Más Allá del Mueble: Significado Cultural
Los sofás romanos eran mucho más que simples piezas de mobiliario. Eran el escenario de importantes rituales sociales y familiares. El banquete (Convivium) era una institución central en la vida romana, un espacio para la conversación, la política, la poesía y el entretenimiento. La disposición en el Lectus triclinaris o el Stibadium dictaba la interacción y reflejaba el orden social.
Poseer Lectus lujosos y bien equipados era un símbolo de riqueza y estatus. Las descripciones literarias y las representaciones en el arte romano (como frescos en Pompeya) a menudo destacan la opulencia de estos muebles y las habitaciones que ocupaban.
Incluso en la muerte, el concepto del Lectus tenía importancia. El cuerpo del difunto se exhibía a menudo en un Lectus funebris (lecho funerario) durante la procesión fúnebre.
La transición del Triclinium con sus tres Lectus al Stibadium más integrado también puede interpretarse como un reflejo de cambios en las costumbres sociales, quizás favoreciendo ambientes más cohesionados y menos formalmente jerárquicos, aunque el estatus siempre siguió siendo importante.
Comparativa: Lectus Triclinaris vs. Stibadium
| Característica | Lectus Triclinaris | Stibadium / Sigma |
|---|---|---|
| Forma | Recto | Curvo (Semicircular o en forma de U) |
| Cantidad por Mesa | Tres | Uno |
| Número de Personas | 3 por sofá (9 en total en un Triclinium) | Generalmente 5-8 en total |
| Disposición | Alrededor de una mesa rectangular/cuadrada (en forma de U) | Alrededor de una mesa semicircular |
| Periodo de Popularidad | Principalmente República y Alto Imperio | Popular en el Imperio Tardío |
| Interacción Social | Conversación más segmentada por sofá | Conversación más fluida entre todos los comensales |
Preguntas Frecuentes sobre los Sofás Romanos
¿Eran cómodos los sofás romanos?
Para los estándares modernos, probablemente no tanto como un sofá contemporáneo con espuma y muelles. Sin embargo, con sus colchones y cojines rellenos de materiales naturales y cubiertos con telas suaves, ofrecían un nivel de comodidad adecuado para la reclinación prolongada, especialmente para aquellos acostumbrados a ellos.
¿Solo los ricos usaban estos sofás para comer?
La práctica de comer reclinado en Lectus era característica de las clases altas y medias-altas. Las personas de menor estatus o los esclavos a menudo comían sentados en bancos o taburetes.
¿Cuál era la diferencia clave entre un Lectus y un Lectus triclinaris?
Lectus era el término general para cualquier lecho o diván. Lectus triclinaris era un tipo específico de Lectus diseñado y utilizado específicamente para reclinarse durante las comidas en el Triclinium.
¿Cómo comían reclinados sin que se cayera la comida?
Los romanos se reclinaban sobre su lado izquierdo, apoyando el codo en el cojín o la cabecera del sofá. Esto dejaba el brazo derecho libre para alcanzar la comida de la mesa baja y llevarla a la boca. La comida a menudo se servía en trozos pequeños o era fácil de manejar con los dedos (ya que los cubiertos como tenedores no eran comunes).
Conclusión
Los sofás de la Antigua Roma, conocidos principalmente como Lectus en su forma más genérica, y más específicamente como Lectus triclinaris para el comedor tradicional de tres sofás, o el posterior Stibadium curvo, eran mucho más que simples muebles. Eran elementos cruciales de la arquitectura doméstica y la vida social romana, testigos silenciosos de banquetes, conversaciones importantes y momentos de ocio. Sus nombres no solo describen su forma o función, sino que también nos hablan de la evolución de las costumbres, el valor del estatus y la centralidad del acto de compartir una comida en la cultura de una de las civilizaciones más influyentes de la historia.
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