30/03/2025
El mundo del diseño de mobiliario está lleno de piezas icónicas que trascienden el tiempo, convirtiéndose en verdaderos símbolos de una época o un movimiento. Entre ellas, el sillón BKF ocupa un lugar destacado. Conocido popularmente también como la silla Mariposa o Butterfly por su característica silueta, esta pieza no solo representa un hito en el diseño moderno argentino y latinoamericano, sino que su historia está marcada por la innovación, la popularidad masiva y, curiosamente, una ola de imitaciones que la catapultaron a la fama mundial.

Su origen se remonta a finales de la década de 1930 en la vibrante ciudad de Buenos Aires, Argentina. Fue en este contexto creativo donde tres jóvenes y talentosos arquitectos unieron fuerzas para dar vida a este singular asiento. Antonio Bonet, Juan Kurchan y Jorge Ferrari Hardoy, quienes por aquel entonces colaboraban estrechamente con el renombrado estudio de Le Corbusier en París, aplicaron sus conocimientos y visión para diseñar el mobiliario de un edificio de apartamentos que ellos mismos habían proyectado. La silla nació de esta necesidad arquitectónica, buscando integrar funcionalidad y estética de una manera novedosa.
Orígenes y la Tríada Creadora
La autoría del sillón BKF recae en el trío de arquitectos Bonet, Kurchan y Ferrari Hardoy. El nombre, de hecho, es un acrónimo formado por las iniciales de sus apellidos: Bonet, Kurchan y Ferrari. Aunque los tres participaron en el proyecto del edificio para el que se diseñó la silla, fue Jorge Ferrari Hardoy quien, según la documentación presentada en su momento, lideró el diseño específico de este asiento. En 1940, la silla fue presentada oficialmente en el tercer Salón de Artistas Decoradores de Buenos Aires por sus socios Juan Kurchan y Antonio Bonet, quienes hicieron constar la autoría principal de Ferrari Hardoy. A pesar de esta precisión inicial, el nombre colectivo "silla BKF" prevaleció y se popularizó, reconociendo la contribución conjunta del equipo.
La influencia de su paso por el estudio de Le Corbusier es palpable en la filosofía detrás del diseño BKF. Le Corbusier abogaba por la estandarización y la producción en masa de elementos funcionales para la vida moderna, y si bien el BKF no fue concebido inicialmente para la producción masiva (al menos no por sus creadores), su estructura sencilla y modular abría la puerta a ello. Ferrari Hardoy, en particular, integró ideas y principios aprendidos en París para crear una pieza que desafiaba las convenciones del asiento tradicional.
Diseño, Materiales y la Experiencia de Sentarse
El diseño del sillón BKF es notable por su minimalismo y su ingeniosa simplicidad. Consta de solo dos elementos principales: una estructura metálica ligera y una funda flexible que sirve de asiento y respaldo. La estructura original está construida con hierro redondo macizo de 12.7 mm de diámetro. Para lograr sus icónicas curvas, el metal se fabrica utilizando dobladoras hidráulicas semiautomáticas de precisión. Las uniones entre las diferentes partes de la estructura se realizan con máquinas automáticas, garantizando consistencia y resistencia. Un detalle importante en la fabricación original es la terminación, que se pule a mano, añadiendo un toque de artesanía a la producción. Finalmente, la estructura recibe una capa de pintura epoxi de cocción a alta temperatura, que le confiere durabilidad y un acabado liso. Un tratamiento laminar envuelve plásticamente la estructura, protegiéndola y mejorando su apariencia.
La segunda parte fundamental del sillón es la funda. En el diseño original de Ferrari Hardoy, esta funda estaba hecha de una pieza de cuero. La genialidad reside en cómo esta funda se suspende de la estructura metálica. El peso del usuario no recae sobre un asiento rígido, sino sobre esta pieza flexible de cuero, que se adapta a la forma del cuerpo. Esta adaptación permite que la persona adopte diversas posiciones, muchas de ellas desestructuradas y relajadas.
Sentarse en un sillón BKF es una experiencia única. La sensación es comparable a la de estar en una hamaca. La morfología estructural de la silla, con su punto de gravedad bajo y su suspensión flexible, crea un dinamismo constante. Aunque parezca una contradicción, esta pieza diseñada para el descanso impulsa un movimiento sutil pero continuo. El usuario se deja caer en el asiento, reclinándose de forma natural, pudiendo incluso adoptar una posición que recuerda a la fetal. Esta interacción entre el cuerpo y la silla es lo que la distingue y la hace tan atractiva para quienes buscan una forma de sentarse menos formal y más orgánica.
Antecedentes: La Silla Tripolina
Aunque la silla BKF es considerada una innovación del siglo XX, existe una antecesora con una estructura similar que merece ser mencionada: la silla Tripolina. Originaria de Italia en la década de 1930, la Tripolina era un asiento plegable diseñado para campañas militares. Su estructura era de madera y utilizaba una cubierta de lona. Este tipo de silla plegable con estructura articulada ya era utilizada por el ejército inglés en el siglo XIX, habiendo sido patentada por un constructor inglés en 1877. Posteriormente, al ser fabricada en serie en la década de 1930 en Trípoli, la capital de la Libia italiana, recibió el nombre de "Tripolina".
La Tripolina estaba compuesta por 10 piezas de madera unidas por elementos metálicos articulados, y su funda inicial de lona fue reemplazada por versiones posteriores en tela o cuero. A simple vista, la similitud estructural con el BKF es notable: ambas usan una estructura que se suspende y una funda flexible como asiento. Sin embargo, no hay constancia documentada de que Bonet, Kurchan o Ferrari Hardoy tuvieran conocimiento directo de la Tripolina al momento de diseñar el BKF. Podría tratarse de una coincidencia de diseño funcional o de una influencia indirecta, pero el BKF simplificó drásticamente la estructura, pasando de las 10 piezas articuladas de madera a una estructura fija y elegante de metal curvo. El BKF refina el concepto, dándole una estética moderna y minimalista.
Fama Mundial, Copias y el Nombre "Mariposa"
La silla BKF no tardó en ganar reconocimiento en el mundo del diseño. Su diseño innovador y estéticamente atractivo la hicieron popular, pero fue su llegada a Estados Unidos lo que la catapultó a la fama masiva, aunque a través de un camino lleno de controversia. En Estados Unidos, la silla se hizo ampliamente conocida bajo los nombres de "Butterfly Chair" (Silla Mariposa) o simplemente "Butterfly". Irónicamente, gran parte de esta popularidad se debió a la fabricación ilegal y masiva de copias.
Inicialmente, la firma Artek-Pascoe reprodujo el diseño, pero fue la empresa estadounidense Knoll quien, en 1945, la lanzó a la fama comercial. A pesar de la autoría original, la falta de protección de diseño efectiva en la época y la simplicidad de su estructura facilitaron su reproducción a gran escala. En la década de 1950, se estima que diversos fabricantes, bajo diferentes nombres y sin licencia de los creadores originales, produjeron más de cinco millones de sillas BKF. Esta producción masiva, si bien diluyó los derechos de autor de los creadores, convirtió a la silla en un mueble omnipresente en hogares, oficinas y espacios públicos, consolidando su estatus de ícono del siglo XX.
La proliferación de copias también llevó a variaciones en los materiales utilizados. Mientras que el modelo original de Ferrari Hardoy usaba una estructura de acero y una funda de cuero, las versiones posteriores y las imitaciones se fabricaron con una amplia gama de materiales para la funda, incluyendo lona, algodón, tejidos sintéticos, y en una infinita variedad de colores y texturas. La estructura metálica también vio variaciones en grosor y tipo de metal. Aunque estas copias masivas hicieron que el diseño fuera accesible para millones de personas, a menudo carecían de la calidad y la atención al detalle del original.
El Legado y las Reinterpretaciones Modernas
A pesar de la historia de copias y la controversia sobre los derechos, el sillón BKF es universalmente reconocido como una de las sillas más célebres e influyentes del siglo XX. Su importancia en la historia del diseño es tal que forma parte de la colección permanente del prestigioso Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), un testimonio de su valor artístico y cultural.
El legado del BKF no se limita a su historia pasada; el diseño continúa inspirando y siendo relevante en la actualidad. Diversas marcas y diseñadores han creado reinterpretaciones y versiones mejoradas, buscando honrar el diseño original mientras lo adaptan a las necesidades y tecnologías contemporáneas:
- Big BKF Buenos Aires: En 1999, esta marca presentó un diseño desarmable de la silla BKF. Esta versión buscaba facilitar el transporte y almacenamiento, manteniendo la estética original pero con una notable mejora en la comodidad gracias a curvas traseras en ángulo recto. Utilizan cuero argentino curtido vegetal para la funda, en un guiño a la tradición y la calidad local. El armazón es muy sencillo de ensamblar, haciendo énfasis en la practicidad para el usuario moderno.
- Sillón GLIF: Nacido de un prototipo presentado en Buenos Aires en 2002, el sillón GLIF representa una síntesis entre la silla Tripolina y el BKF. Es una versión plegable de la BKF, pero con una estructura simplificada respecto a la Tripolina, utilizando 8 piezas de madera en lugar de 12. El desarrollo de este prototipo dio lugar a una pieza de alta calidad de diseño y elaboración, que fue presentada internacionalmente por primera vez en París en 2015 y que actualmente se produce en Argentina. Representa una evolución que combina la portabilidad de la Tripolina con la estética y el confort del BKF.
- BKF 2000: Pensando en el uso en espacios públicos exteriores, se desarrolló la versión BKF 2000. Esta reinterpretación utiliza hormigón armado como material principal. Al emplear un material tan robusto y resistente a la intemperie, se logra un producto ideal para plazas y otros entornos urbanos, como se ve en algunas de Buenos Aires. Mantiene la característica geometría del diseño original, pero confiriéndole una vida útil prácticamente indefinida y una resistencia a prueba de vandalismo y desgaste ambiental.
- ProyectoBKF: En 2020, esta marca argentina presentó un modelo exclusivo de estructura de acero desarmable que busca ser fiel al diseño original. Su innovación principal reside en la estructura: libre de herrajes visibles y con encastres ocultos, lo que no solo facilita enormemente el armado y el transporte para el usuario, sino que también conserva la pureza estética del diseño tradicional, evitando elementos visuales que puedan distraer de la forma icónica.
- bkf.kurchan: La familia de Juan Kurchan, uno de los creadores originales, continúa produciendo en Argentina una versión que es una copia fiel del diseño original. Esta producción se realiza a pequeña escala, enfocada en mantener la autenticidad y la calidad de la pieza concebida a fines de los años 30.
- Réplica Mexicana: La empresa Soluciones Ferreteras de México S.A. de C.V. también fabrica desde hace varios años una réplica exacta de la silla BKF, demostrando el alcance global y la persistencia del diseño a través de las fronteras.
Estas reinterpretaciones y producciones contemporáneas demuestran que el diseño del sillón BKF está lejos de ser una pieza de museo inerte. Sigue vivo, adaptándose, evolucionando y demostrando la atemporalidad de su concepto original.
Preguntas Frecuentes sobre el Sillón BKF
- ¿Quién creó el sillón BKF?
- Fue creado a fines de 1938 en Buenos Aires, Argentina, por los arquitectos Antonio Bonet, Juan Kurchan y Jorge Ferrari Hardoy. Aunque fue diseñado principalmente por Ferrari Hardoy, el nombre BKF proviene de las iniciales de los tres.
- ¿Qué significa BKF?
- BKF son las iniciales de los apellidos de sus creadores: Bonet, Kurchan y Ferrari Hardoy.
- ¿Por qué se le llama también silla Mariposa o Butterfly?
- Estos nombres se popularizaron en Estados Unidos, principalmente debido a la fabricación masiva de copias no autorizadas. La silueta de la silla, vista de frente, recuerda a las alas de una mariposa.
- ¿De qué materiales está hecho el sillón BKF original?
- El modelo original tiene una estructura de hierro redondo macizo y una funda de cuero. Las versiones posteriores y copias utilizan una amplia variedad de materiales para la funda, como lona, algodón, etc., y pueden tener variaciones en la estructura metálica.
- ¿La silla BKF original era plegable como la Tripolina?
- No, la estructura original del BKF es fija. Algunas reinterpretaciones modernas, como el sillón GLIF o los modelos desarmables, sí ofrecen portabilidad, pero el diseño original no era plegable.
- ¿Dónde se puede ver un sillón BKF original?
- Un sillón BKF original forma parte de la colección permanente del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York, reconociendo su importancia histórica en el diseño.
- ¿Se sigue fabricando el sillón BKF?
- Sí, aunque la producción masiva de copias en los años 50 fue inmensa, actualmente existen varias marcas y la familia Kurchan que producen versiones fieles al diseño original o reinterpretaciones modernas, tanto en Argentina como en otros lugares como México.
En conclusión, el sillón BKF es mucho más que un simple mueble. Es una pieza con una rica historia que abarca la innovación en diseño, la influencia de grandes maestros como Le Corbusier, la controversia de las copias masivas y un legado que perdura a través de las décadas. Su diseño minimalista, su comodidad única y su capacidad para adaptarse a diversos entornos lo mantienen vigente como un ícono del diseño del siglo XX que sigue cautivando y siendo relevante en el siglo XXI.
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