Las Sillas de Van Gogh: Retratos Inesperados

Como escritor dedicado al confortable mundo de los sofás, rara vez me detengo a contemplar otras piezas de mobiliario con la misma intensidad. Sin embargo, a veces, un objeto aparentemente simple trasciende su función y se convierte en un lienzo de la vida misma, como las famosas sillas pintadas por Vincent van Gogh. Estas no son meras representaciones de madera y paja; son, en el sentido más profundo, retratos de las almas que las habitaron.

Pintadas en 1888, estas dos obras fueron descritas por el propio Vincent como “más bien divertidas”, un término que, conociendo su carácter, probablemente significaba curioso o intrigante. Se trataba de su propia silla vacía a la luz del día y el sillón de Paul Gauguin. Para Van Gogh, una silla vacía representaba a la persona que se sentaría en ella, imbuyéndolas de una cualidad sorprendentemente personal.

Un Par de Sillas con Alma

Después de sus célebres Girasoles, las dos pinturas de sillas son consideradas sus bodegones más importantes e innovadores. Pero la visión de Van Gogh iba más allá del bodegón tradicional. Al representar las sillas de esta manera, las elevó a la categoría de retratos. Nos hablan de los dos artistas que compartieron casi dos meses en la Casa Amarilla en Arlés.

Estas sillas se encontraban en la sala de estar principal, el hogar donde Van Gogh y Gauguin se reunían al caer la tarde, después de largas jornadas frente a sus caballetes. Era allí donde conversaban, y a menudo discutían, sobre el futuro del arte moderno. Como mobiliario, las sillas eran bastante comunes, incluso mundanas, como lo demuestra una postal de 1906 que las presenta en un diorama típico de Arlés. Pero el pincel de Van Gogh transformó estos objetos cotidianos en visiones altamente imaginativas y cargadas de significado.

La Silla del Artista Modesto

La Silla de Van Gogh, con su asiento de paja, es una pieza de mobiliario rústica y sencilla. Esta simplicidad parece reflejar la propia percepción que el artista tenía de sí mismo: un hombre modesto y sin pretensiones. Los objetos dispuestos sobre el asiento son profundamente personales y sugieren la personalidad reflexiva de Van Gogh: su pipa y su bolsa de tabaco. Fumar era un placer constante para él, una forma de relajarse y encontrar consuelo. Por ello, la pintura casi puede interpretarse como un autorretrato indirecto. Sin embargo, la extraña caja firmada en la parte trasera, aparentemente llena de cebollas germinando, sigue siendo un enigma, añadiendo una capa más de misterio a esta representación aparentemente simple.

La perspectiva en esta composición es notable, con la silla proyectándose casi hacia el espacio del espectador, creando una sensación de presencia a pesar de la ausencia física. Aunque las paredes interiores de la Casa Amarilla eran en realidad blancas, Van Gogh las pintó de un tono turquesa claro. Este color vibrante crea un fuerte contraste con el amarillo de la silla, una elección deliberada para evocar una emoción y un ambiente específicos en la escena diurna.

El Sillón del Hombre Exitoso

En contraste, la Silla de Gauguin es una escena nocturna, quizás un reflejo de la personalidad más sofisticada y segura del artista. El sillón, más cómodo y robusto que la silla de Van Gogh, representa a un hombre exitoso y a gusto consigo mismo. Sobre el asiento, Van Gogh colocó una vela encendida y dos novelas contemporáneas, sugiriendo que Gauguin se relajaba con una buena lectura antes de ir a dormir. La escena está iluminada por luz de gas, un lujo que Van Gogh había instalado un mes antes, en parte como un incentivo adicional para animar a Gauguin a unirse a él en el sur. Esta vez, la pared de fondo es de un verde intenso, creando una atmósfera más oscura y quizás más melancólica que la de la silla de Van Gogh. Estas diferencias no son accidentales; son pinceladas que retratan las personalidades y los estilos de vida de los dos amigos.

El Destino de un Par Singular

Un mes después de pintar estas escenas domésticas, la vida en la Casa Amarilla se desmoronó cuando Van Gogh se mutiló la oreja, lo que llevó a Gauguin a regresar precipitadamente a París. Este par de bodegones permanece como un conmovedor testimonio del tiempo que compartieron, un recordatorio de su intensa y, en última instancia, fracturada amistad.

Uno de los misterios que no ha sido completamente explicado en la literatura sobre Van Gogh es por qué las dos pinturas, concebidas claramente como un par por el artista, terminaron separadas. La Silla de Van Gogh se encuentra hoy en la National Gallery de Londres, mientras que la Silla de Gauguin reside en el Museo Van Gogh de Ámsterdam.

Tras la muerte de Vincent en 1890, ambas obras fueron heredadas por su hermano Theo. Cuando Theo falleció al año siguiente, pasaron a manos de su esposa, Jo Bonger, y su hijo. En 1923, prestaron la Silla de Van Gogh para una exposición en las Leicester Galleries de Londres. Pocas semanas después, la National Gallery la adquirió por poco menos de 800 libras, gracias a fondos proporcionados por Samuel Courtauld. En 1926, Courtauld sugirió que la Silla de Van Gogh podría venderse para comprar uno de los paisajes del artista, argumentando que “no deberíamos tener demasiados Van Goghs”. Afortunadamente, la obra Un Campo de Trigo con Cipreses (1889) fue adquirida sin necesidad de vender la pintura de la silla.

Considerando que Jo, la esposa de Theo, poseía alrededor de 200 pinturas de Vincent en ese momento, resulta sorprendente que eligiera vender una obra tan personal y, además, decidiera romper un par que el artista había concebido de forma tan clara. Este acto de separación añade una capa de melancolía al ya conmovedor significado de las pinturas.

El Color de la Emoción: Los Azules de Van Gogh

Hablando de colores, es fascinante observar cómo Van Gogh utilizaba la paleta para evocar emociones y atmósferas, no solo en sus famosas representaciones del cielo nocturno, sino también en detalles como la pared turquesa detrás de su silla. Vincent van Gogh empleaba principalmente tres tipos de azules en su obra: azul ultramar, azul cobalto y azul de Prusia. Estos tres pigmentos azules, junto con el Viridian (PG18), un pigmento azul verdoso muy apreciado por los impresionistas, se pueden apreciar en su icónica pintura La Noche Estrellada (1889), pintada mientras estaba hospitalizado en Saint-Rémy. La elección y aplicación de estos azules intensos y vibrantes contribuyen enormemente a la carga emocional y la energía visual de sus paisajes y, como vemos en la silla, también de sus interiores, utilizando el color como un elemento narrativo más.

Más Allá del Lienzo: La Lucha Interna del Artista

La vida de Van Gogh estuvo intrínsecamente ligada a su lucha contra problemas de salud mental. Es ampliamente conocido el episodio en el que se cortó la oreja izquierda, y su trágica muerte por suicidio apenas dos años después, en 1890. Durante décadas, ha habido un intenso debate sobre la naturaleza exacta de su trastorno. Diagnosticar a una persona fallecida hace tanto tiempo es una tarea compleja, pero las numerosas cartas que escribió a su hermano Theo y a otros nos brindan una ventana única a su estado mental.

Una de las teorías más convincentes, respaldada por un estudio de 2020 que analizó casi mil de sus cartas, es que Van Gogh sufría de trastorno bipolar, posiblemente con rasgos de trastorno de personalidad límite, y que su condición se vio empeorada por el consumo de alcohol combinado con desnutrición. El estudio, publicado en la Revista Internacional de Trastorno Bipolar, realizó una especie de “entrevista diagnóstica” a través de sus escritos, aunque reconocen que él no escribía para un médico y podía exagerar o minimizar sus síntomas.

El trastorno bipolar es una enfermedad mental que causa cambios dramáticos en el estado de ánimo, alternando entre episodios de manía (o hipomanía) y depresión. Se estima que afecta a alrededor de una de cada 100 personas. Hay diferentes tipos, pero el tipo I implica períodos de altibajos maníacos y depresivos, mientras que el tipo II presenta depresión severa y episodios hipomaníacos más leves. La ciclotimia implica cambios de humor menos severos pero más duraderos. Los episodios pueden durar semanas o más. Los tratamientos modernos incluyen medicamentos estabilizadores del estado de ánimo, terapia psicológica y cambios en el estilo de vida.

Las cartas de Van Gogh muestran evidencia de depresión desde la adolescencia, autolesiones y un consumo significativo de alcohol. Pero son las indicaciones de fases distintas de depresión y manía las que apuntan más claramente al trastorno bipolar. El estudio sugiere que, aunque sus episodios depresivos eran severos (durante los cuales pintaba poco o solo obras “muy tristes”, como su posible última obra, Raíces de Árbol), es posible que pintara más activamente durante estados hipomaníacos, una fase que a veces se asocia con una extrema creatividad. Varios personajes famosos actuales, como Mariah Carey o Demi Lovato, han hablado abiertamente sobre sus propias experiencias con el trastorno bipolar, mostrando que esta condición puede coexistir con una gran capacidad artística.

Van Gogh mismo luchó por comprender lo que le sucedía, describiéndolo como una “fiebre mental o nerviosa o locura”, sin saber cómo nombrarla exactamente. Aunque al principio pudo haber minimizado sus síntomas para su familia, las cartas revelan la profundidad de su sufrimiento. A pesar de estar hospitalizado en un centro psiquiátrico durante más de un año, tuvo al menos 10 episodios depresivos, si no más, que se volvieron cada vez más graves.

Tabla Comparativa: Las Dos Sillas

Preguntas Frecuentes sobre las Sillas de Van Gogh

¿Por qué pintó Van Gogh sus sillas y la de Gauguin?

Van Gogh pintó las sillas como una forma de representar a los artistas que se sentarían en ellas. Las consideraba retratos de la personalidad y presencia de él mismo y de Gauguin, así como un testimonio del tiempo que compartieron en la Casa Amarilla.

¿Qué objetos aparecen en la silla de Van Gogh?

En la silla de Van Gogh se ven su pipa y su bolsa de tabaco, objetos personales que le proporcionaban consuelo y relajación. También hay una caja firmada con cebollas germinando, cuyo significado exacto sigue siendo un misterio.

¿Qué se ve en el sillón de Gauguin?

En el sillón de Gauguin hay una vela encendida y dos novelas contemporáneas, sugiriendo sus hábitos de lectura y relajación. La escena es nocturna y está iluminada por luz de gas.

¿Qué colores azules utilizaba Van Gogh?

Van Gogh utilizaba principalmente azul ultramar, azul cobalto y azul de Prusia, además de Viridian (un azul verdoso). Estos azules son prominentes en obras como La Noche Estrellada.

¿Qué enfermedad se cree que padecía Van Gogh?

Basado en el análisis de sus cartas, una teoría convincente es que Van Gogh sufría de trastorno bipolar, posiblemente agravado por el consumo de alcohol y la desnutrición.

¿Por qué se separaron las pinturas de las sillas?

Las pinturas fueron heredadas juntas por la familia de Theo, pero la Silla de Van Gogh fue vendida a la National Gallery de Londres en 1923, separándola de la Silla de Gauguin, que permanece en Ámsterdam. El motivo exacto de la venta de una obra tan personal y la ruptura del par sigue siendo un misterio.

Reflexión Final

Aunque mi enfoque habitual sea la comodidad y el diseño de los sofás, la historia de las sillas de Van Gogh nos recuerda que cualquier pieza de mobiliario, por humilde que sea, puede estar cargada de significado, ser testigo de vidas y emociones intensas. Estas sillas vacías, llenas del espíritu de quienes las usaron, nos invitan a reflexionar sobre la presencia en la ausencia, la complejidad de la amistad y el genio atormentado de un artista que vio el mundo y sus objetos con una intensidad inigualable. Nos muestran que, al igual que un sofá es el centro de la vida doméstica para muchos, una simple silla puede ser un poderoso símbolo de la identidad y la historia personal.

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